domingo, 22 de abril de 2012

Comandante Che Guevara - Nicolas Alejandro Delgado




Comandante Che Guevara


Amaneces frecuente

como luz del alba

tu voz elocuente

nos trae la calma.


Nos llenamos de tu amor

con la inmensidad de tu memoria

tu coraje ante el dolor

nos empuja a moldear la historia.


Comandante Che Guevara

caminamos adelante

del sueño que se ampara

en la luz de tu talante.


En mis manos va la tarea

de luchar por que la muerte

se aleja de nuestra frontera

y no manche nuestra suerte.


Tus ojos son la primavera

de la lucha americana

la cual será la primera

en romper la cadena tirana.


En tus puños esta la rosa

cuya espina como férrea daga

se hundirá en la mejilla roja

del emperador que te apaga.


Comandante para siempre

seguiremos adelante

cuando América se siembre

en nuestro anhelo pujante.


Tus balas son la sonrisa

en las caras de los obreros

que hoy caminan a prisa

a recuperar lo que es de ellos.


Para siempre tu silueta

clavada en el horizonte

será nuestra meta

alcanzarla en la cima del monte.


Tu sembraste la sierra

con semillas de esperanza

germinara la tierra

de flores a tu alabanza.


Al rico sembraste temores

al pobre diste esperanza

de apagar con sus amores

la codicia de la abundancia.
  

Tu fusil que luz dispara

alumbra hoy los rincones

tu comandante Guevara

te atrincheras en los corazones.


Ahora recuerdo tu cara

límpida y pura como el rió

el cual muestra su brío

al nombre del che Guevara.


Nosotros optamos quererte

mas allá de nuestra locura

cuando con gran amargura

nos llego tu injusta muerte.


Hoy continua la lucha

nuevos héroes usan tu voz

quieren llenar de dicha

empapada de tu luz.


Cuando un arma dispara

al que provoca mi espanto

es la voz de Guevara

dando al pobre su canto.


Aquí va comandante

tu alma revolucionaria

empujando adelante

tu lucha libertaria.


Nos quedo la locura

de pintar en la cara

la felicidad pura

el amor de Guevara.


Tu corriste mi suelo

bajo el cielo estrellado

quitaste a mis ojos el velo

y pude ver su fondo azulado.


Ahora nos queda tu empeño

de arrebatar la alegría

de las manos del dueño

y dársela al pobre cada día.

Nicolas Alejandro Delgado

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